viernes, 13 de julio de 2012

Triatlón Olímpico Carhué 2007 ( la espina )

El 18 de Febrero del 2007 volví a Carhué a sacarme una espina en forma de bici que tenía clavada en el talón. No se imaginan como estaba el talón con semejante espina. Viajamos todo el día y cerca del atardecer llegamos a destino con una pinzota de pilar del tamaño de un portavión. Mientras Soledad revoleaba el poncho en Carhué Rock, fiesta tradicional de la localidad, nosotros intentábamos pegar un ojo en la casa de la cultura. Ya habíamos saboreado los tallarines en la cena de carbohidratos. Las bicis ya estaban a punto, las zapas lavadas y las ganas mas intactas que nunca. Solo había que dormir un rato.


Amaneció con algo de viento, un tanto fresco. Desayunamos por ahí. Nos vestimos de triatletas y nos fuimos para el lago. Dejamos las bicis y demás pertenencias en el parque cerrado. Calentamos un poco, y a la orilla señores. En la largada estaba un tal Fontana que había ganado el año anterior. Nuestro Sebastián también estaba en las gateras. Ricardito, Andrés, Yo y cientos más, éramos los parteners.

Con el corazón nervioso, antiparras, gorrito de nadador y los brazos listos, esperé el silbato inicial. La adrenalina pudo con el frío. Un pelado con pocos amigos dio la orden y empezó el partido. Las aguas embravecidas por los nadadores que iban adelante no me dejaban ver. Los buenos nadadores se alejaron un poco. Intenté nadar normal, pero el lago Epequen estaba muy picado. Bastante picado para ser un lago. Las olas estaban ideales para hacer surf y yo sin tabla. Entre ola y ola llegué a la primer bolla. Con los brazos a todo motor encaré para la segunda. Con el motor fundido llegué a la tercera. Aún quedaba una vuelta y yo quería irme a mi casa. Mi estómago ya no quería más agua termal. Primer bolla. Segunda bolla. No queda nada. El frío pudo con la adrenalina. Tercera bolla y a las bicis.

Revuelvo el cajoncito de los recuerdos, y ahí estoy. Saliendo mareado del agua, intentando encontrar la MTB. Sí, la mountain bike. Aquel Domingo del 2006 incursioné por primera vez en un triatlón olímpico.


Si bien me llevé bici de ruta a Marzo, logré conquistar la meta luego de una eternidad, y mucho sufrimiento. El 18 de Febrero del 2007, me senté en el pupitre a esperar que me llamen a rendir. La flaca estaba lista y los nervios habían adormecido el talón.

Una Colner amarilla fue la carpeta que me prestó Alejandra para rendir. Ojo, no era la primera vez que me sentaba en una bici de ruta. La primera vez había sido el día anterior para entrarla a la casa de la cultura. Me puse las zapas con trabas, casco, pechera y salí del parque cerrado con el nerviosismo de quien entra a rendir un final dejando la mitad del libro sin leer. El asfalto, la bici y yo nos empezamos a conocer. A los 5 km. ya éramos como chancho. Salí de Carhué envuelto en aplausos. Con la confianza al máximo aceleré un poquito. Un lomo de burro me quitó la caramañola. La última vez que la vi, iba rodando hacía la banquina. Me quedaban 35 km. de bici y nada de agua.

Los brazos descansaban sobre los cuernos (de la bici). Las piernas hacían todo el esfuerzo. La Colner viajaba hermoso. El viento ayudaba. A los 20 km. el agua llegó en forma de bolsita. Adentro !!! Agradecidas las piernas seguían pedaleando. Ahora en contra de viento. La Colner seguía viajando hermoso. Otra vez Carhué. Otra vez los aplausos. Entré al parque cerrado como quien sale del aula sabiendo que aprobó. Me despedí de la bici, y salí a correr los últimos 10. A pesar de que el tal Fontana y nuestro Sebastián ya estaban durmiendo la siesta, Carhué seguía en las calles abrigando al resto de los competidores. Agua Sr. ? Agua Sr. ? ... Si !!! ... Los jarrones de agua caían del cielo como bendiciones. Los aplausos llenaban el alma. Una vuelta, y falta una. Agua Sr. ? Agua Sr. ? ... Último kilómetro. Últimos metros. 2 horas 45 minutos. Menos que una eternidad. Aprobado con creces !!!

Les cuento por si les interesa que ganó un tano. Segundo un tal Fontana. Nuestro Sebastián quedó decimosegundo. Y nosotros ? ... Nosotros un poco mas atrás. Lo cierto es que hace 5 años, en Puerto Madryn, nuestro Sebastián salía del parque cerrado a correr los últimos 10, y ahí estábamos, del lado de afuera, abrigándolo en aplausos mientras rociábamos el pollo al disco con vino blanco. En el 2006 cambiamos el pollo por carbohidratos y nos animamos a acompañarlo con mountain bike. La espina que quedó clavada después de aquel debut estaba echando raíces y en el 2007 nos presentamos con bici de ruta. Les dejo un abrazo grande, voy por un algodón con alcohol.