jueves, 12 de noviembre de 2009

Triatlón Olímpico de Carhue - 2006

El 169 en el brazo y en la pierna me identificaban como uno …

Perdón. Antes de empezar con el relato del Tria se me ocurre traer a colación la siguiente dirección de mail en donde vive una hermosa anécdota que cosechamos aquella tarde en la que el Sol viajó con nosotros, el laguna fue un sauna y la ruta una pastilla para dormir …
http://sacaesediablo.blogspot.com/2008/09/saca-ese-diablo.html


El 169 en el brazo y en la pierna me identificaban como uno mas. Deje la bici en el parque cerrado mientras Joaquín Sabina sonaba de fondo. Caminé un rato. Fui hasta la orilla del lago. Volví al parque. Volví a la orilla. Me senté un rato. Mucha gente deambulaba de aquí para allá mientras esperaba que se hagan las 10 y las 11. Volví al parque. Salude a nadie y me fui para el baño. Descargué nervios, estiré los brazos y al agua.

En el 2002 el destino me encontró, con varias arrugas menos, a orillas del Atlántico ( precisamente en Pto Madryn ) mezclado entre muchos espectadores, esperando la largada. Nuestro Sebastián estaba debajo del arco. Totalmente orgulloso de él, aquella tarde me fundí en un solo grito de aliento. Estos tipos son fuera de serie. Nadan 2 km en el mar. Manotean la bici. Suben y bajan. Suben y bajan. Suben y bajan hasta el indio. Y rematan con 10 km de trote. Qué necesidad de sufrir tanto ¿ Porqué mejor no nos prendemos a un pollo al disco con un vinito blanco ? … Sebastián llegó entre los primeros. Ganó un tal Fontana.

A 4 años de Pto Madryn. El destino y yo, nos encontramos en Carhue ( precisamente en el lago Epecuén ). La playa anidaba a un centenar de espectadores entre los cuales no estaba. El agua me llegaba a la cintura y la adrenalina me rebalsaba por las orejas. Nuestro Sebastián estaba un poco mas adelante. También estaba un tal Fontana. A medida que la cuenta regresiva se acercaba a cero me estaba pareciendo peor la idea de haber cambiado el pollo al disco con vinito blanco por un Triatlón Olímpico. Me puse las antiparras y la gorra ridícula, y el arrepentimiento huyó despavorido.

Largamos. Los manotazos enloquecieron el lago. El único estilo que rendía era perrito. Pasaron varios minutos hasta que pude acomodarme y dejar de tragar agua termal. De a ratos se veía la primer bolla naranja, de a ratos no. Adelante iban muchos, casi todos. Sin desesperarme y con un croll poco rendidor cumplí la primer prueba. Pocas bicis, pero muchos espectadores quedaban cuando llegué al parque cerrado. Me subí a la MTB … Sí, a la mountain bike !!! … Con suspensión de mountain, ruedas de mountain, todo de mountain. Con el tractor salí a tratar de cumplir el segundo objetivo. Las bicis de ruta me pasaban como parado. Eso era poco grave. Las bicis de montaña también me pasaban como parado. Eso era mas grave. Sin desesperarme y mirando de reojo a la barredora cumplí el segundo objetivo.

Cuando me bajé del tractor no tenia dos piernas, tenia dos zancos. Recuperarme de la transición, y empezar a trotar normal, me llevo algún tiempo. Restaban dos vueltas a un circuito de 5 km rodeados de la maravillosa calidez de los vecinos que con jarras, baldes, botellas, botellones, mangueras, esponjas y mucho aliento nos ayudaban a combatir los 50 grados de sensación. El cansancio desparramó raíces por todo el cuerpo y el Sol me metió dos rayos en el ojo. Una vuelta y quedaba otra. La llegada se acercaba de a poco, y de a poco la felicidad empujaba al sufrimiento por la ventana.

Nuestro Sebastián me fue a buscar y corrimos el último kilómetro a la par. El alentaba. Yo no daba mas. 39 minutos en el agua, 1 hora 40 en bici, 59 minutos a pie. Una eternidad. Las últimas fuerzas las usé en el abrazo con Ricardito, Andrés ( que ya habían llegado ) y Sebastián ( que ya recontra había llegado ) y con mas hambre que calor nos acercamos a la carpa de alimentos que sufrió un saqueo marca cañón.

Nuestro Sebastián salió noveno en la general. Mis felicitaciones. Ese tal Fontana volvió a ganar. Mis felicitaciones. Yo estuve a punto de recibirme de triatleta. Saqué varias materias. Me quedó "bici de ruta" para Marzo. Espero poder rendirla para entonces. Y sino para el próximo Carhue. Mientras tanto seguiré, con mi tractor, incursionando por las montañas, y comiendo algún que otro pollo al disco con vinito blanco que se cruce en el camino.